Carta abierta al Director del Periódico La Tercera. 

Señor Director. 

Quien le escribe es la hija menor del pintor Hernán Gazmuri: Yaël Florence Gazmuri Guttmann, pintora, poeta, profesora de castellano y discípula del pintor  

Esta vez no escribo defendiendo la memoria de mi padre de las difamaciones de costumbre, más por dejar en claro una grandiosa mentira escrita y publicada en su diario a propósito del libro sobre Gazmuri del curador Muñoz. 

La persona que se atreve a declararlo publicamente se llama Carmen del Pilar y la fecha de su publicacion es el 28 de abril de 2009. 

Sobre el libro y los otros del mismo estilo no me pronuncio ya que he dejado todo en claro en mi libro: “Hernán Gazmuri: el heroísmo del pintor víctima de una infamia.” 

No me repetiré, los que se interesen en conocer la verdad que lo lean y encontrarán todos los documentos necesarios para convencerse de la verdadera historia del pintor y de las eternas infamias que se repiten en ese país. 

Para conocimiento de sus lectores y de todo Chile, mi madre y yo decidimos llevar delante de la Justicia a las personas responsables de la compra fraudulosa de toda la obra de mi padre. 

Es FALSO que mi madre no se hizo responsable de este juicio y que por estar enferma de Alzheimer en el momento de denunciarlos delante de los Tribunales elle no sería responsable de la acusacion! 

Este juicio lo emprendimos juntas. Ella estableció sus condiciones que nuestro abogado respetó y yo también, esto quiere decir que decidimos dejar ausente de culpa à quién vendió los cuadros porque para nosotras es mas importante quién compra y no quien vende, ya que el comprador es nada menos que el ESTADO CHILENO y no un inocente y vulgar don nadie sin conocimientos en justicia internacional. 

Quiero decir que cuando se compran obras de esta importancia plástica el Estado debió pedir la autorización de la viuda y de la otra hija, partes involucradas y concernientes en totalidad a los derechos legales sobre la obra de Gazmuri: esto lo obvió deliberadamente el Estado de Chile, pensando tal vez, que Francia está muy lejos?

Dejo en claro además que aquí no se ha emprendido un juicio a carácter familiar, no estamos disputándonos los cuadros sino la prohibición de venta establecida por el pintor.

Su testamento ESCRITO fue violado, traicionado de manera ignominiosa.  

Aqui no hay rencillas familiares de baja especie como quieren hacerlo creer  en Chile. 

Desistan de una vez de creer tanta indecencia. 

Esta señora que no pretende más que ensuciar la figura de mi madre ahora en vía pública parece no buscar que la notoriedad que no pudo lograr cuando estaba inscrita en la Universidad Técnica, en el Instituto Pedagogico Técnico, fundado por mi padre, y es ahora Post Mortem que ensaya de recuperar un lugar de privilegio, ahora que mi padre no puede atestiguar que ella no fue más que una alumna insignificante de la última promoción, sin ninguna facultad especial y que creo decidió escribir dificilmente una tésis sobre Gazmuri incluyéndolo a la cadena de pintores chilenos cuando él  de chileno no tiene más que el hecho de haber nacido en Chile. 

La mediocridad no tiene límite y es claro que personas como ésta llenan el mundo. 

Si vamos a perder nuestro tiempo en ellas no vivimos la riqueza de nuestra propia vida, sin embargo, el honor, la ética profesional y la justicia son los pilares en los cuales mis padres elaboraron toda su acción de padres artistas hacia su reducida familia. 

Soy la hija y discípula de mi padre y amante de mi madre anciana que tiene ahora 94 años y no puede defenderse de esta infamia, lo hago yo en su nombre:  

Ella comenzó conmigo esta ardua tarea de recuperación de la verdad.

Con sus plenas facultades, razón por la cual excluyó la parte que vendió los cuadros.

Ya que ella piensa que basta con la conciencia turbia como castigo...

Mi madre es de una  gran sabiduría. 

Años han pasado y esperamos que justicia será hecha pronto, muy pronto. 

Recomiendo a esta señora el cesar de divulgar infamias y mentiras públicamente  Es claro que el sentido del honor le es ajeno y que desconoce los rudimentos mas reducidos de la decencia humana. 

Le agradezco infinitamente la publicación de esta carta en su periódico.

Mi padre que en paz descanse, le agradecerá del más allá su generosa comprension. 

Florence Gazmuri

 

 

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